lunes, 27 de febrero de 2017

El hábito de 30 segundos que suelen llevar a cabo los ejecutivos exitosos cada mañana


Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad. Con esta sencilla costumbre, comenzarás el día con mejor pie, menos cansado y más preparado para enfrentarte a la jornada.


¿Qué es lo primero que haces cuando suena el despertador cada mañana? Seguramente, abrir los ojos (aunque no ipso facto… cinco minutitos más), levantarte, agarrar lo primero que pillas de ropa, correr hacia la ducha, desayunar, cepillarte los dientes –si hay suerte– y correr hacia la puerta. Te falta algo, o al menos eso es lo que te dirían algunos grandes ejecutivos: beber agua para comenzar el día bien hidratados.
Es lo que explica un artículo publicado en Business Insider, que señala que esta es la costumbre de personalidades como Kat Cole, la presidenta de Focus Brands, o la fundadora de The Huffington Post Arianna Huffington. El caso de la primera puede ser un tanto extremo, ya que se mete entre pecho y espalda 70 centilitros de agua a las cinco de la mañana; la segunda, prefiere echarle unas gotitas de limón a la bebida. Parece ser que, entre la élite, el agua es el nuevo café.

Donde hay agua, hay vida

Hay buenas razones para seguir esta costumbre cada mañana, tal y como explica en el artículo la nutricionista Rania Batayneh, autora de 'The One One One Diet' (Rodale Books). Para empezar, y como hemos recordado en otras ocasiones, nuestro cuerpo se deshidrata durante todas las horas que pasamos en la cama. Al fin y al cabo, lo más natural es que hayan transcurrido entre seis y ocho horas sin que hayamos ingerido ningún líquido, algo que nunca haríamos durante el día. El cansancio y la pereza que sentimos a primera hora de la mañana se debe, en la mayor parte de casos, a esta deshidratación.
Ya que el agua ayuda tanto a la regulación del cuerpo como al funcionamiento cerebral, influye directamente en nuestro estado de ánimo
Recordemos que, por ejemplo, el café es un líquido levemente deshidratante, y aunque nos puede ayudar a despertarnos gracias a la cafeína que contiene, lo que no va a conseguir es que nos hidratemos (de ahí que una de las peores cosas que puede hacer alguien resacoso es beber café). No sólo es una cuestión de energía, asegura Batayneh, sino también de humor: cuando pasamos mucho tiempo sin beber o comer, nuestro cuerpo se aletarga y es más probable que nos encontremos fatigados, tristes o decaídos. “Ya que el agua ayuda tanto a la regulación del cuerpo como al funcionamiento cerebral, se encuentra relacionado de manera íntima con nuestro estado de ánimo”.
El agua influye de manera directa en el funcionamiento de nuestro cerebro y también, de nuestro metabolismo. El cerebro es la primera víctima de la deshidratación, como bien nos lo avisan los dolores de cabeza que sentimos cuando nos encontramos en tal estado. Además, por mucho que nos encontremos más o menos bien, si no hemos bebido la suficiente agua probablemente rendiremos menos, sobre todo si nuestro trabajo es intelectual. Algo que, como ocurre con todo aquello que hacemos a primera hora de la mañana, influirá en el rendimiento de todo el día: si comemos y bebemos mal por la mañana, comeremos y beberemos mal por la noche.
Hay un tópico de las dietas milagro que afirma que beber un vaso de agua por las mañanas ayuda a adelgazar. Y si bien no es necesariamente así –no, el agua no se lleva por delante la grasa que hemos acumulado en el estómago–, sí tiene cierta base: el agua ayuda tanto a acelerar nuestro metabolismo como a saciarnos desde primera hora, lo que provocará que, por ejemplo, sintamos menos hambre a media mañana.
Si todo eso no es suficiente para que empecemos a plantearnos los beneficios que un sencillo vaso de agua puede tener sobre nuestro organismo, hay otra razón definitiva para decantarnos por abrir el grifo nada más salir de la cama: ayuda a prevenir enfermedades, o al menos eso afirma Batayneh, que señala a la dudosa teoría de la purificación de toxinas para justificarlo. No hace falta creer en ello para estar de acuerdo en que una correcta hidratación es necesaria para mantener una salud de hierro: estimula nuestro cerebro y ayuda a nuestro corazón, por lo que es de gran ayuda para combatir las enfermedades cardiovasculares. 

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