Te presentamos cinco tips para que, antes de iniciar tu negocio, pongas los pies sobre la tierra y tomes las mejores decisiones.
El desempleo y el subempleo se han convertido en epidemias globales. El legendario mantra que reza: “Esfuérzate, obtén buenas calificaciones y ve a la escuela para conseguir un empleo”, ya es anticuado. Ahora más que nunca, para asegurar tu futuro debes aprender cómo generar tus propios ingresos.
Para ayudarte, aquí tienes cinco tips y unos cuantos datos de la vida real.
1. Acaba con tu ego, ya. El espíritu emprendedor no tiene que ver con yates, autos de lujo y generar millones. Es exigente, y hacerlo funcionar día con día difícilmente es un sueño hecho realidad. No te predispongas al fracaso imponiéndote metas y expectativas que no sean realistas.
Eso incluye creer que tú y tu idea son especiales. Acéptalo: ambos son simplemente uno en un millón, y no precisamente en la manera positiva que podrías suponer. Para permanecer vivo y prosperar, necesitarás mantener los pies en la tierra y ser práctico y racional. Concéntrate en lo que de verdad importa: encontrar maneras de generar ganancias inmediatas y sostenibles.
2. Para ser rentable no hay que ser original ni sexy. Reinventar la rueda te condena a ser arrollado por ésta. Los negocios originales a menudo son costosos pozos de dinero sin fondo que tardan mucho tiempo —si alguna vez lo logran— en jalar consumidores.
No trates de innovarte tú mismo: lo trillado funciona; lo que no es para nada sexy deja ganancias. Deja de pensar en construir el siguiente Facebook. Más bien comienza a construir la próxima empresa de tutoría, firma contable o algún otro negocio elemental, probado y comprobado.
Sé original en la forma de promover y dar identidad a tu concepto de negocios, no en el concepto en sí. Así tu habilidad para generar ventas y conseguir clientes será mejor.
3. Entiéndelo: nadie invertirá en tu idea. Sácate de la cabeza la idea de que tu negocio atraerá inversionistas o grandes préstamos bancarios. La gran mayoría de los negocios nacientes no lo hace. Nadie va a leer un larguísimo e interminable plan de negocios, y tomará en serio tu negocio a menos que tengas una prueba de concepto, un registro de desempeño, administradores probados y, lo que es más importante, que generes dinero real y de manera consistente.
En vez de tratar de atraer capital, domina el arte de vender. Ocúpate de que tu negocio sea autosuficiente hasta que pueda lanzarse como una inversión en etapa temprana. Construye tu negocio a base de tiempo e ingresos de los clientes, no en esperanzas de socios capitalistas e inversionistas imaginarios.
4. Evita los pozos sin fondo. Tener una gran idea no significa que ésta se va a traducir en un negocio viable. No te engañes creyendo que tu idea es tan buena que el asunto del dinero se resolverá solito más tarde. Sin modelo de ingresos no hay negocio. Así que si tu éxito inicial se basa en una estrategia de salida hipotética, gran atracción en la red o algún otro acierto en un billón, regresa a hacer las cuentas antes de que te quedes en la ruina. Busca ganar dinero desde ayer, no gastarlo sin que te reditúe por muchos mañanas.
5. Luce siempre profesional. Las tecnologías económicas y los servicios de oficina virtuales hacen más sencillo que nunca ser más productivo y eficiente, y te permiten tener presencia a la escala global casi instantáneamente. También posicionar tu compañía para que se vea y suene como una empresa con todas las letras, mientras trabajas desde la sala de tu casa o el sótano de la casa de tus padres.
Usa sistemas de telefonía virtual y direcciones de correos también virtuales para crear una imagen profesional. Contrata asistentes y especialistas virtuales por sólo una fracción de lo que te constaría tener empleados asalariados. Incluso, cuando tu compañía comience a generar suficientes ingresos como para agrandar su estructura, usa estas tácticas para mantener bajos tus gastos y altas tus ganancias.
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