Si tu vida laboral ya no tiene alegría ni entusiasmo y estás pensando en auto-emplearte o emprender un negocio, entonces este artículo es para ti.
Dejar la comodidad de tu quincena para lanzar el negocio de tus sueños puede ser uno de los miedos más terroríficos al cual te puedes enfrentar en la vida. No sólo estás enfrentando la posible pérdida de dinero, tiempo y estabilidad, sino también el riesgo de la vergüenza pública, el fracaso y el tener que regresar con una bandera blanca a pedir nuevamente empleo.
Renunciar es una decisión directa que requiere valentía, audacia y una fuerte creencia en lo que estás por hacer. Pero por otro lado, tener un empleo que no te gusta puede ser la peor sentencia de muerte para tu felicidad y realización personal. El renunciar a tu trabajo debe ser algo tomado con sabiduría y de forma balanceada, y el construir un negocio que remplace la seguridad de un ingreso de tu anterior trabajo es un arte.
Pasamos la mayor parte de nuestras vidas trabajando, 47 años para ser exacto. Eso es 12,190 días laborales de ocho horas. Es una cruda realidad que nos lleva a dos opciones:
Como individuos, debemos decidir qué tipo de persona queremos ser. ¿Tienes un sueño que te quema por dentro? Algo a lo que te sientes llamado, dirigido y no puedes ignorarlo. ¿Te apasiona algo? Una idea o visión que es tan profunda y conectada con tu corazón que estás dispuesto a sufrir para ver su resultado.
Aquí te doy tres simples pasos para que medites antes de tomar una decisión:
No hundas tu barco cuando estás muy lejos para nadar
Por lo regular los aspirantes a emprendedores dejan su trabajo muy pronto. Las personas deberían ver su empleo como un bote que los lleva a salvo a su emprendimiento. Si ese bote se hunde muy pronto, se ahogarán, pero si el bote los conduce a una lancha en crecimiento, será fácil dejar el bote y no ahogarse en el mar.
La recomendación general para renunciar a tu trabajo seguramente tiene tres elementos:
· Un extenso y probado plan (que te enseño más abajo)
· Al menos cuatro meses de ahorro equivalente a tu salario actual
· El 100% del costo de tu negocio en ahorro por al menos de un mes
Nunca derrumbes puentes, puede que lo necesites cruzar nuevamente
Renunciar bien es un arte de madurez emocional. Puede que ya no veas tu trabajo con respeto, pero la manera en la que te vayas debe mostrar respeto por él. Hay personas que no sólo hunden su barco, sino que le prenden fuego.
Renunciar no es un acto de venganza contra la empresa o tu jefe, no debe ser tu forma de desquitarte y gritar o tirar todo tu resentimiento. Las relaciones son importantes y las que crees que nunca más necesitarás, terminan siendo las que después requieres.
El estándar es dar un aviso de dos semanas antes de una renuncia, lo mejor sería dar un aviso 30 días antes, no botes las cosas. Y no hay necesidad de inventar excusas o contar historias de porque te estás yendo. Hay que ser transparente en la decisión. Es mejor (sólo) notificar tu decisión y, a menos de que te pidan tu opinión, dar una crítica constructiva sobre el ambiente y condiciones laborales.
Evita ventilar frustraciones acerca de la empresa, colegas o jefes. Toma un acercamiento diplomático que pueda dejarte una puerta abierta a recomendaciones futuras o mejor aún, incluso para hacer negocios con la empresa. La aventura que estás por comenzar requiere una mente saludable y buenas relaciones.
Los alpinistas que no van preparados nunca llegan a la cima
El que dejes de trabajar para alguien más no te hace capaz de trabajar para ti mismo en automático, pero si te califica para intentarlo. Comenzar un negocio es como planear una expedición al Monte Everest. Subir la cumbre más alta del mundo requiere dinero, entrenamiento, un año de planeación y sólo el 49% de los que lo intentan llegan a la cima.
Un sueño sin una fecha límite es un deseo. Sentarte por meses a contemplar tu idea es una de las peores tácticas pasivas para evitar el compromiso. Establece una fecha para dejar tu trabajo y dedicarte de tiempo completo a tu negocio.
Así como es importante establecer una fecha de inicio, es igual de importante designar una fecha final. Una fecha en la que con madurez y sabiduría puedas decir “esto no está funcionando”.
Un negocio debe iniciarse sin deudas. El vivir de tus tarjetas de crédito y préstamos es un patrón que se debe evitar puesto que la estadística dice que es un camino seguro al fracaso, no por la idea, sino por la falta de liquidez para durar en el mercado que requiere negocio para ser redituable.
Si eres alguien que ha soñado en crear una empresa, un blog redituable o un negocio en línea pero no sabes dónde o cómo empezar, déjame ayudarte. Muchas personas han convertido su pasión en un buen negocio. No es un esquema de “hágase rico rápido”, al contrario, es una alternativa de conocer sobre negocios que les ayuda a crear un plan paso a paso para lanzar un negocio. Contáctame.
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